La contaminación ambiental en Madrid y cómo tus ventanas pueden protegerte

A causa de la polución atmosférica en Europa fallecen cada año de forma prematura 400.000 personas. El impacto de la contaminación ambiental sobre la salud humana está siendo subestimado, pero acorta la vida de los europeos en 2,2 años y causa más muertes que el tabaquismo.

Las partículas contaminantes se encuentran en el aire exterior, pero también penetran en el interior de tu vivienda si tus ventanas no presentan estanqueidad al aire. 

En este artículo vamos a tocar en profundidad el tema de la contaminación atmosférica y vamos a darte las claves para evitar, en la medida de lo posible, que el aire contaminado penetre en tu hogar.

Ventanas estancas al aire
Mantén tu hogar libre de polución

El aire que respiras no es solo aire

Conocemos como ‘atmósfera’ a una mezcla de gases ordenados en capas que rodean la Tierra, que es fundamental para la vida porque permite la respiración de los seres vivos y aísla de las condiciones extremas del espacio exterior. Estos gases se encuentran en la atmósfera en las siguientes proporciones:

  1. Oxígeno (02) 20,940 %
  2. Nitrógeno (N2) 78,09 %
  3. Argón (Ar) 0,94 %
  4. Dióxido de carbono (CO2) 0,03 %

Las plantas y otros organismos que realizan fotosíntesis metabolizan el dióxido de carbono (CO2) del aire y devuelven oxígeno (O2), por lo que desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de la atmósfera. Sin embargo, la respiración de los seres vivos provoca el efecto contrario porque se basa en el consumo de O2 para su transformación en CO2.

Entender esto basta para deducir que la existencia de un elevado índice de población unido a la escasez de organismos fotosintéticos, es decir, a la falta de vegetación que pueda ir transformando el CO2 en oxígeno para que el aire sea respirable, representa ya de por sí una amenaza para el equilibrio gaseoso de la atmósfera.

Pero, ¿qué ocurre cuando, además del problema de superpoblación que existe en algunas zonas del mundo, el modo de vida y el sistema económico están basados en la actividad industrial y la quema de combustible e implica una emisión indiscriminada de diferentes sustancias contaminantes a la atmósfera?

Da que pensar, ¿verdad?

La contaminación atmosférica: emisión e inmisión

Hablamos de contaminación atmosférica cuando nos referimos a la presencia de sustancias que inciden de manera negativa en el equilibrio gaseoso de la atmósfera y que suponen un perjuicio para la salud de las personas y el medio ambiente, más o menos grave en función de su concentración en el aire. Llamamos ‘contaminantes’ a dichas sustancias y ‘emisiones’ a la cantidad de ellas que se vierte en el aire.

Cuando hablamos del concepto ‘inmisión’ nos referimos a la concentración de sustancias nocivas a nivel del suelo que no ha podido ser depurada por los mecanismos que tiene la naturaleza para su propia supervivencia.

Aire limpio de contaminación ambiental

La calidad del aire y las fuentes de contaminación atmosférica

A menor presencia de contaminantes mayor calidad del aire ambiente y a la inversa, un alto nivel de emisiones significa respirar un aire de pésima calidad que perjudica nuestra salud y la de los organismos vivos que nos rodean.

Pese a que no toda la contaminación atmosférica es causada por el hombre, buena parte de ella procede de nuestras acciones y actividad económica, entre ellas:

Fuentes de contaminación fijas: es la contaminación que procede de la industria (combustión y otros procesos), de los hogares (calefacciones y otras emisiones domésticas) y del tratamiento de residuos.

Fuentes de contaminación móviles: es la contaminación provocada por la maquinaria móvil y por los desplazamientos en medios de transporte públicos o privados como automóviles, barcos y/o aviones.

¿Cómo es el aire que respiramos en Madrid?

La calidad del aire varía en función de las características de cada territorio puesto que la actividad industrial, los viajes y el porcentaje de población es diferente en cada zona. En concreto, en la ciudad de Madrid este es el inventario de emisiones:

Emisiones contaminantes atmósfera Madrid
Fuente: portal Web de Calidad del Aire del Ayuntamiento de Madrid

Principales contaminantes del aire y sus efectos en la salud

Dióxido de azufre (SO2)

Es un gas incoloro, no inflamable, cuya densidad es el doble que la del aire y que en contacto con el agua se convierte en ácido sulfúrico. De olor fuerte, en altas concentraciones puede resultar irritante. Es consecuencia de la combustión de carburantes que poseen azufre y la fundición de minerales que son ricos en sulfatos. Las principales fuentes son la industria (incluida la termoeléctrica) y los motores de los vehículos.

Efectos en la salud: dificultad para respirar, irritación de ojos debido a la formación de ácido sulfuroso sobre la mucosa húmeda, inflamación de conducto respiratorio, edema pulmonar, alteración de las facultades psíquicas, queratitis, paro cardíaco, colapso circulatorio. También se asocia a problemas de bronquitis crónica y asma.

Dióxido de nitrógeno (NO2)

Es un contaminante primario cuya fuente principal deriva del proceso de combustión en los motores de vehículos diesel. Pero es también un contaminante secundario que se genera en la atmósfera cuando las emisiones de monóxido de nitrógeno (NO) de los vehículos se transforman en NO2 mediante un proceso químico.

Efectos en la salud: la exposición continuada a este tóxico ambiental se ha relacionado con disminución de la capacidad pulmonar, el asma, la inflamación de conductos bronquiales y otras enfermedades de las vías respiratorias. Produce irritación en ojos y mucosas, y se considera culpable de procesos alérgicos, especialmente en niños.

Partículas en suspensión (PM10)

Son una mezcla de componentes de diferentes características físicas y químicas que se crean a partir de otros contaminantes primarios y que incluso incluyen elementos de origen natural. Se generan a partir de la combustión en los motores de los vehículos de tráfico rodado (en concreto en los motores diésel anteriores al año 2000), así como de los sistemas de calefacción de los edificios. Cuando hablamos de PM10 nos referimos a partículas en suspensión cuyo diámetro aerodinámico es de hasta 10 μm. Las PM2,5 son las partículas en suspensión con un diámetro aerodinámico de hasta 2,5 μm.

Efectos en la salud: las partículas en suspensión —o material particulado— entran en la categoría de carcinógenos humanos del Grupo I y son causa directa de problemas respiratorios, cardiovasculares y de cáncer de pulmón. Sus efectos a largo plazo pueden reducir la esperanza de vida entre varios meses y algunos años.

Monóxido de carbono (CO)

Es un gas incoloro, insípido e inodoro. Un contaminante primario derivado del tráfico rodado. Por fortuna, los cambios tecnológicos en los vehículos a motor han reducido su presencia en las ciudades en los últimos años.

Efectos en la salud: el monóxido de carbono puede acumularse en el torrente sanguíneo y puede darse una intoxicación. Cuando el aire contiene altas concentraciones de monóxido de carbono, el cuerpo humano reemplaza el oxígeno por este tóxico y causa daños graves, incluso la muerte. Los síntomas de la intoxicación por CO son dolor de cabeza, mareos, debilidad, náuseas o vómito, desorientación, falta de aire, visión borrasa y pérdida de conocimiento.

Ozono (O3)

Es un contaminante secundario cuyas moléculas están formadas por tres átomos de oxígeno y que se genera a partir de otros contaminantes.

Efectos en la salud: absorbe radiación ultravioleta por lo que su presencia es imprescindible para filtrar y evitar altos niveles de radiación, pero al mismo tiempo es un potente oxidante que en altas concentraciones y a nivel de suelo provoca daños en nuestra salud y en la de otros seres vivos. El ozono es el segundo contaminante con más efectos adversos en la salud respiratoria de las personas, pudiendo causar desde cambios en la función pulmonar a una mayor incidencia del asma e incluso muerte prematura.

Compuestos orgánicos volátiles (COV)

Los COV (compuestos orgánicos volátiles) son sustancias orgánicas que contienen carbono y que al ser liberados a la atmósfera se convierten con facilidad en vapor o gas. Se liberan durante la quema de combustible, carbón, madera o gas natural. También con el uso de pintura, disolvente, plástico, aromatizantes y otros productos que se emplean el sector industrial. Los COV contaminan el aire al colisionar con otros compuestos. Cabe decir que se encuentran en ambientes interiores en proporciones 10 veces mayor que en el exterior.

Efectos en la salud: pueden variar en función de los compuestos, pero una exposición a corto plazo puede causar irritación ocular y trastornos visuales, irritación en vías respiratorias, mareo, dolor de cabeza, fatiga, pérdida de coordinación, náuseas, reacciones alérgicas y trastornos de memoria. A largo plazo se complica y una exposición continuada puede producir lesiones en hígado y riñón, así como daño en el sistema nervioso central.

Relación entre el aire contaminado y la propagación del coronavirus 

La contaminación del aire en las ciudades supone un gran riesgo para la salud y, como hemos mencionado al inicio de este artículo, provoca en Europa unas 400.000 muertes prematuras al año.

Por si este no fuera de por sí motivo de preocupación, según la EPHA (Alianza Europea de Salud Pública), las personas que habitan en ciudades contaminadas pueden estar más expuestas a la Covid-19.

Esta observación la comparten también investigadores de la Universidad de Harvard quienes, tras realizar un estudio con datos de prácticamente todo EEUU, han concluido que puede existir asociación entre el ratio de mortalidad por coronavirus y los altos niveles en el aire de las partículas PM2,5: el aumento de la concentración de este material en tan solo un microgramo por metro cúbico podría aumentar hasta en un 8 % la tasa de mortalidad.

Todo y que la contaminación atmosférica se ha reducido drásticamente durante el confinamiento, esto explicaría el alto impacto que el virus ha tenido en Madrid, así como en otras grandes ciudades y capitales europeas.

Niños y perro durante el confinamiento coronavirus
Niños y perro durante el confinamiento #QuédateEnCasa #TodoIráBien

La permeabilidad al aire de tus ventanas: el secreto del aire limpio en casa

Reducir el nivel de infiltración de aire incontrolado del exterior al interior de tu vivienda es fundamental para conservar un ambiente fresco y limpio. Es obvio que tenemos que ventilar nuestra vivienda de forma adecuada, pero no es deseable respirar en casa el aire contaminado que ensucia el horizonte de nuestras ciudades.

Cuando la calidad del aire es pobre en el exterior hay que hacer un esfuerzo extra por impedir su entrada de forma no controlada y/o purificar a menudo el aire interior si las ventanas no son estancas y existen filtraciones. Esto puede marcar la diferencia entre respirar oxígeno o inhalar polución y quedar expuestos a las consecuencias.

En este sentido, las ventanas fabricadas con sistemas de PVC Kömmerling, Clase 4, con mecanismos de ventilación controlada pueden ayudarte.

Lo deseable es que entre todos consigamos mantener un aire más puro, pero con unas ventanas aislantes te aseguras, al menos, de que el aire que respiras dentro de tu hogar no sea tóxico.

¿Cómo se mide la permeabilidad de un cerramiento?

La cantidad de aire que se filtra (debido a la presión del viento) a través de una ventana cerrada se calcula en m3/h y define el grado de hermeticidad del cerramiento.

Según la norma europea EN 1026, que define la metodología de ensayo que determina el grado de infiltración de aire soporta una ventana completamente ensamblada, las ventanas pueden clasificarse en diferentes clases que van de 0 (sin testar) a 4 (que presentan menor permeabilidad).

Para que un cerramiento quede clasificado con la máxima clase no debe permitir una infiltración de aire superior a 3m3/h (por m2 de superficie) y 0’75m3/h (por m. lineal de junta). 

Porque cuanto menor es la permeabilidad al aire de una ventana, mejor te protege de la polución exterior.

Más que ventanas, calidad de vida

Porque nuestras ventanas no solo te protegen de la polución exterior sino que también son ecológicas.

La línea Greenline de Kömmerling respeta el medio ambiente pues la formulación Kömalit Z, con la que se fabrican los perfiles, utiliza estabilizadores ecológicos como el zinc y el calcio, en detrimento de metales pesados el cadmio o el plomo.

Asimismo, su fabricación reduce el vertido a la atmósfera de gases contaminantes y la filosofía de economía circular de la marca, basada en reducir, reciclar y reutilizar, garantiza la utilización de energía mínima durante el proceso de fabricación y se hace cargo del producto desde la fabricación hasta el reciclaje y la posterior reutilización 100 % del material.

Cabe destacar también que el aislamiento térmico que ofrece este tipo de cerramientos hace de tu vivienda un hogar sostenible, a prueba de pérdidas de energía. Un hogar eficiente y confortable que mantiene el calor en invierno y se mantiene fresco en verano.

¡Larga vida a las ventanas de PVC!

Y es que la durabilidad es otro de los motivos que hace de nuestras ventanas la opción más ecológica: un cerramiento fabricado con nuestra metodología, que utilice herrajes y vidrios de altas prestaciones, puede tener una vida útil de unos 50 años.

Certificado A+ PVC bajas emisiones
Ecoetiqueta certificado A+ de bajas emisiones ventanas de PVC

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