La encimera de la cocina, los azulejos del baño, las superficies metalizadas. ¿Te has dado cuenta de que cada rincón de la casa necesita un producto especial para una limpieza eficiente? Las cosas son mucho más sencillas al limpiar con piedra blanca. Una alternativa mucho más rápida, ecológica y eficiente para acabar con la suciedad en todo tipo de superficies, ¡incluso en las ventanas!
La piedra blanca, un producto de limpieza ‘todoterreno’
Desde el suelo hasta el techo, pasando por las paredes y sin dejar atrás las ventanas. La limpieza con piedra blanca te permite trabajar con rapidez y libertad en todas las superficies del hogar y obtener unos resultados increíbles.
¿Es el típico producto milagroso o una alternativa de limpieza real? Por todas las bondades que se le atribuyen a la piedra blanca cabría pensar que se trata de una de esas soluciones mágicas que en la teoría suenan muy bien pero en la práctica dejan mucho que desear. No es el caso. La piedra blanca funciona y el secreto de su éxito está en las características de su composición.
Se trata de un producto 100% biodegradable elaborado a partir de elementos naturales como el vinagre, el bicarbonato sódico, el caolín o la ralladura de aceites vegetales. Su textura es untuosa y su aroma suave, refrescante y natural, reforzado en ocasiones con extracto de limón o con fragancias florales.
Lo único que puede resultar en cierto modo engañoso es su nombre. Dependiendo de los ingredientes con los que haya sido elaborado, la piedra blanca en ocasiones presenta un aspecto más bien verdoso o amarillento. Y lo que está claro es que nunca nos referiremos a una piedra en sentido estricto, sino a una masa de base cremosa y fácil de aplicar.
Ventajas de la limpieza con piedra blanca
- Evitas el uso de químicos y productos tóxicos en la limpieza de tu hogar.
- Prescindes de una gran cantidad de envases plásticos que terminarán contaminando el medioambiente.
- Tienes la opción de reciclar o reutilizar muchos de los productos naturales que ya se consumen en casa y emplearlos en la elaboración de esta sustancia.
- Agilizas las jornadas de limpieza del hogar recurriendo a un único producto con múltiples utilidades.
- Reduces el consumo de agua en casa cada vez que haces limpieza general.
- Garantizas el mantenimiento, la limpieza y el buen estado de las superficies más delicadas y exigentes del hogar.
- Ahorras dinero al sustituir los productos de limpieza convencionales y con precios elevados por una alternativa ecofriendly que cunde mucho más.
¿Qué se puede limpiar con la piedra blanca
A poco que investigues sobre las ventajas de la piedra blanca descubrirás que esta es una solución de limpieza del hogar de lo más versátil. Por su textura suave y untuosa y su sencillo modo de aplicación, la limpieza con piedra blanca no conoce de límites:
- Mármol y azulejos
- Todo tipo de suelos
- Grifos y superficies metalizadas o galvanizadas
- Marcos de ventanas y sus respectivos vidrios
- Cocinas de gas, vitrocerámicas y placas de inducción
- Muebles y superficies de madera
- Joyas y abalorios
- Carrocería del coche
- Zapatos y otras prendas de vestir
Lisas o porosas, rígidas o flexibles, robustas o delicadas. La piedra blanca puede con todo tipo de superficies y elimina la suciedad sin apenas esfuerzo. ¿Dónde está el truco?
Las propiedades limpiadores y desinfectantes de los ingredientes naturales que figuran en su base de composición se conocen desde hace siglos. Así pues, lo más novedoso de este invento ha sido encontrar el equilibrio perfecto entre cada uno de ellos para proporcionar los efectos de limpieza deseados en el mayor número de superficies posible.
En este sentido, su textura es una de las características más destacadas. Le permite deslizarse con suavidad sobre las zonas a tratar, penetrar en la suciedad incrustada, reblandecerla y facilitar su eliminación. Como es suave y no raya se puede emplear también en muebles de madera u objetos de cristal, así como en las ventanas, haciendo mucho más sencilla la engorrosa tarea de tener unos vidrios relucientes.
¿Cómo se usa la piedra blanca en la limpieza de ventanas?
En realidad, la limpieza de ventanas con piedra blanca no difiere mucho de la limpieza de cualquier otro tipo de superficie. El modo de empleo de este producto es siempre el mismo:
- Elimina el polvo de la ventana con ayuda de un trapo o plumero.
- Humedece una esponja suave con la piedra blanca. No hace falta que emplees una gran cantidad de producto.
- Desliza la esponja por encima del vidrio de la ventana por el lado que quieras limpiar (interior o exterior).
- Asegúrate de recorrer con la esponja toda la superficie acristalada para repartir el producto de manera uniforme.
- No es necesario que ejerzas presión ya que la piedra blanca penetra en la suciedad y facilita su eliminación. En cualquier caso, no debes tener miedo de frotar enérgicamente: este producto no raya las superficies.
- Utiliza una bayeta húmeda para aclarar el cristal y una seca para proporcionarle un acabado reluciente.
Siguiendo este mismo procedimiento puedes acabar con la suciedad en las persianas, los marcos, las bisagras, el junquillo o la cremona, tanto en ventanas de aluminio o PVC como en las ventanas de madera.
Fabrica tu propia piedra blanca para la limpieza del hogar
El éxito de la piedra blanca en la limpieza del hogar comenzó con el mantenimiento de vitrocerámicas y placas de inducción, pero pronto se extendió a otras zonas de la casa. En la actualidad, este producto de limpieza patentado cuenta con una importante red de distribución y es muy sencillo adquirirlo tanto de forma online como en tiendas físicas.
No obstante, tienes la opción de fabricarlo tú mismo en casa a partir de esta sencilla receta para la que necesitarás:
- 40 ml de agua destilada
- 40 g de caolín o arcilla blanca
- 15 ralladura de jabón natural (preferiblemente los de aceites reciclados)
- 1 cucharada de vinagre
- 1 cucharada de bicarbonato
- 10 gotas de algún aceite esencial (por lo general, de limón)
La preparación de la piedra blanca no te llevará más de 20 minutos:
- Pon a hervir la ralladura de jabón en el agua destilada hasta su completa integración.
- Añade la arcilla y el bicarbonato a la mezcla y remueve con una varilla hasta que su dilución para evitar la formación de grumos.
- Incorpora el vinagre poco a poco ya que si lo echas todo de golpe generará mucha espuma y hará que la mezcla rebose.
- Liga bien todos los ingredientes hasta obtener una masa untuosa, con cierta consistencia.
- Deja que se atempere y rellena un tarro de cristal de boca ancha con la mezcla resultante.