Como elemento estructural de una casa, las ventanas desempeñan una doble función. Por un lado deben reunir las características necesarias de tamaño y resistencia para soportar el peso de paredes y techos. Por otro, deben adaptarse al estilo arquitectónico del inmueble y hacer que la entrada de luz natural en el hogar sea también una cuestión estética. Te explicamos cómo el diseño de la ventana afecta a la fachada de tu casa para que escojas la opción que mejor se ajuste al afecto que deseas obtener.
Morfología, tamaño, apertura y materiales en el diseño de ventanas
Cuando se habla de los requisitos funcionales que debe cumplir una ventana, por lo general las cuestiones estéticas quedan en un segundo plano. Las corrientes arquitectónicas más tradicionales han primado siempre lo funcional sobre lo estético más por un tema de tecnología que de gustos.
Los nuevos sistemas de producción han abierto grandes posibilidades en el diseño de ventanas. Hoy en día, el estilo de un cerramiento, su atractivo y su impacto visual en las fachadas no comprometen la calidad de aspectos tan importantes como el aislamiento, la seguridad o la insonorización de un inmueble.
Características que influyen en el impacto visual de las ventanas
Es el momento de abordar los modelos de ventana de un hogar como algo más que un elemento estructural de la vivienda. Para valorar el potencial estético de unos cerramientos habrá que tener en cuenta cuatro variables:
- Morfología: las ventanas tradicionales han tenido siempre unas líneas estándar que se caracterizan por las hojas rectangulares en un espacio ligeramente más alto que ancho. Pero hace ya tiempo que la forma de las ventanas no se rige por unos estándares tan rígidos. Las nuevas construcciones, sobre todo aquellas que se erigen partiendo de un proyecto arquitectónico personalizado, incluyen estilos de ventana que pueden ir desde los largos pasillos acristalados hasta las ventanas triangulares en las buhardillas o los grandes tragaluces circulares. Como se suele decir, sobre gustos no hay nada escrito y las ventanas actuales permiten adaptarse a las peticiones de los usuarios más exigentes.
- Tamaño: sin dejar el ámbito de las ventanas convencionales, podemos afirmar sin riesgo a equivocarnos que el tamaño estándar de una ventana es el de 150 cm de ancho por 190 cm de alto o similar. En los inmuebles más antiguos apenas encontraremos variaciones en cuanto a las dimensiones de los cerramientos porque la mayoría siguen este estándar. Pero la cosa cambia a la hora de abordar un proyecto en una construcción moderna. Las ventanas toman el protagonismo en las fachadas de las nuevas viviendas y la búsqueda de la luz natural se convierte en un requisito imprescindible en las actuales construcciones. Este es el motivo por el que el mercado de los cerramientos se ha visto obligado a renovarse y a ofrecer soluciones de acristalamiento más flexibles.
- Apertura: los cambios en el papel que desempeñan las ventanas en una fachada también han tenido mucho que ver con la evolución en los tipos de apertura. Gracias a estas modificaciones, hoy en día se puede instalar una ventana prácticamente en cualquier lugar sin que las condiciones de espacio sean una limitación. Incluso los grandes ventanales, los cerramientos de terrazas y las ventanas en el techo están provistos de sistemas de apertura que facilitan su manipulación y muchas alternativas que hasta hace unas décadas podían solo concebirse como cerramientos fijos, ahora se presentan también en su versión móvil.
- Material: las posibilidades de fabricación en diferentes tipos de materiales han supuesto una revolución en cuanto a la eficiencia de los cerramientos, pero también en lo referente a su estética. Los diseños de ventanas actuales son mucho más versátiles y los colores convencionales han dado paso a tonalidades y acabados personalizados. El empleo de nuevos materiales como el PVC, que permiten obtener el aspecto de una ventana de madera sin las exigencias de mantenimiento de estas, también han facilitado la combinación con otros elementos estructurales de la fachada como la piedra, el ladrillo o la teja. Estas opciones de integración proporcionan una mayor armonía al conjunto final.
Modelos de ventana en función del efecto estético que buscas
- Pasillos de luz: tanto en vertical como en horizontal, los pasillos luminosos permiten sacarle partido a los espacios más angostos de un inmueble y generar un efecto de amplitud con ayuda de la luz. Desde el exterior, estos corredores imprimen modernidad a la fachada por lo que se emplean a menudo en los proyectos que llevan un marcado sello industrial.
- Con forma de arco: se emplean en fachadas en las que se pretende lograr un efecto de elegancia clásica. El hueco de la ventana se puede organizar de varias formas aunque lo más habitual si se busca cierto refinamiento en el resultado es emplear ventanas divididas en tres espacios: la parte central, el arco superior y dos vidrios laterales. En fachadas de dimensiones limitadas se puede plantear la instalación de varias ventanas alargadas con forma de arco que darán una mayor sensación de amplitud.
- Combinación de aperturas: en cerramientos de grandes dimensiones como los que se emplean en balcones y terrazas, cada vez es más habitual encontrarse con diferentes tipos de apertura. Una de las combinaciones más prácticas es la que reserva los espacios laterales para la instalación de cerramientos oscilantes o pivotantes junto a las opciones correderas y plegables más típicas de estas zonas de la casa. También resultan de utilidad en la fachada frontal del inmueble, en la que la combinación de una parte móvil y otra fija garantiza unas condiciones de ventilación e iluminación óptimas al tiempo que se aprovecha la elegancia de la continuidad del cerramiento.
- Acabado rústico: en áreas rurales e inmuebles tradicionales restaurados es habitual que las fachadas pidan unos acabados de corte más bien rústico. En este tipo de construcciones los marcos de madera han tenido siempre un papel protagonista. Hoy en día existen otras alternativas menos costosas y exigentes para imprimir ese aspecto tosco a unos cerramientos. La versatilidad del PVC permite conseguir acabados que imitan a la perfección la madera de nogal, de roble, de abeto o de pino, que apenas requieren mantenimiento y que se pueden montar con los vidrios de alto rendimiento más modernos del mercado. La fusión perfecta.
- Cerramientos con texturas: al valorar el efecto de las ventanas en una fachada también hay que tener en cuenta los elementos que la rodean. Incluso empleando una ventana con las mismas dimensiones, morfología y características de apertura, el resultado puede variar mucho en función del contexto. Añadir texturas al conjunto con materiales como la piedra, la madera, la teja, el hierro forjado u opciones más naturales como emparrados y enredaderas, consigue un efecto visual que puede ir desde los estilos más tradicionales hasta los exóticos.
- Ventanas minimalistas: la simplicidad representa belleza y armonía en los inmuebles de estilo más moderno. Líneas rectas, sin apenas ornamentación y perfectamente integradas en la fachada. Las ventanas minimalistas recurren a las formas geométricas simples y son una inversión sobre seguro en el máximo aislamiento térmico y acústico de una vivienda.
- Ventanas en mirador: son muy comunes en la arquitectura victoriana en la que la forma de los edificios es también un elemento decorativo. Las ventanas en mirador de las casas victorianas tienen una estructura tanto circular como rectangular, ocupan hasta dos alturas y emplean, por lo general, aperturas de tipo guillotina. En el interior proporcionan un espacio extra en esos rincones de la casa que con esquinas normales pasan inadvertidos. Desde el exterior, estas ventanas son sinónimo de elegancia y aportan una pincelada de distinción a la casa.
Yo tengo unos ventanales en mi guardilla y me da la vida! Aunque quiero ponerlas en el tejado para darle más luz.
¡Gracias por tu comentario, Manuel!