El vidrio de las ventanas abarca alrededor de un 80% de los vanos. Con una superficie tan extensa es comprensible que una parte importante de la eficiencia de los cerramientos se encuentre en la elección de los vidrios más adecuados. El doble acristalamiento en ventanas es una de las alternativas más populares y junto con el empleo del gas argón, es también una de las más eficientes.
Usos y características del gas argón
La reducción del gasto energético y con ella la disminución de la huella de carbono y el ahorro económico van ganando espacio en el ámbito de la construcción. Tanto a los profesionales del sector como a los usuarios finales nos interesa disponer de soluciones de cerramiento eficientes que garanticen un mayor confort sin poner en peligro el futuro del planeta. Entre las diferentes alternativas existentes en el mercado para alcanzar estos objetivos está la del empleo del gas argón en el doble acristalamiento de ventanas.
El argón es un gas noble que, pese a su tendencia natural a la fuga, presenta grandes ventajas cuando se emplea en las condiciones adecuadas. La concentración de argón entre los laminados de una ventana de doble o triple acristalamiento incrementa las propiedades aislantes por lo que un cerramiento de idénticas características será mucho más eficiente con la existencia de argón que sin ella.
Por orden de protagonismo, este es el tercer gas con mayor presencia en la atmósfera después del oxígeno y el hidrógeno. No tiene olor, ni color y además no es inflamable, así que desde el punto de vista de la seguridad resulta inofensivo. De hecho, su empleo está muy extendido en artículos de uso cotidiano como los tubos fluorescentes, las lámparas de incandescencia o la fabricación de cristales de silicio tan habituales en el material de laboratorio.
Ventajas del gas argón en el doble acristalamiento
¿A qué se debe tanta confianza en el gas argón? Un breve repaso a sus beneficios nos hará entender por qué el argón ha ido ganando popularidad en la mejora de la eficiencia de los cerramientos.
La ventaja más destacada es la de su potencial aislante. Con todo, es una característica que puede conducir a error si no se tienen en cuenta otros aspectos que intervienen en el aprovechamiento de todos los beneficios de este gas. Así, la presencia de argón como un factor aislado del resto de los elementos no supondrá por sí misma una mejora en la eficiencia de las ventanas:
- No hay mejora en el aislamiento térmico si en el doble o triple acristalamiento se emplean vidrios estándar.
- El argón no consigue bloquear la radiación solar si no se encuentra entre vidrios diseñados para ello.
- En ausencia de vidrios laminados, la atenuación acústica que proporciona este gas noble será inapreciable.
En resumen: si no se hace una buena elección de vidrios y carpintería, el argón no podrá mostrar todo su potencial. En cambio si le das a cada elemento el protagonismo que se merece, obtendrás del argón unos excelentes resultados en el aislamiento de tus estancias.
La clave del éxito del argón está en su densidad, muy superior a la del aire normal. Al introducir entre las láminas de la ventana un gas con esta relación entre masa y volumen se consigue reflejar mejor el calor, manteniendo estables las condiciones de temperatura de la estancia y reduciendo el uso de electricidad.
Algo similar sucede con el ruido. Los paneles rellenos de argón hacen que las ondas sonoras reboten y no penetren con tanta intensidad en el interior de las habitaciones, algo que incrementa la sensación de confort. Además, ese bienestar también se refleja en otros aspectos ambientales con una notable reducción de la condensación. La deshidratación presente en las moléculas de argón obliga a que estas se muevan a menor velocidad y evita la aparición de condensación en el interior de las ventanas con doble acristalamiento.
Pequeños inconvenientes que apenas limitan su gran potencial
Si bien es cierto que el empleo del argón está muy extendido en el doble acristalamiento en ventanas, no hay que pasar por alto que este gas presenta algunas limitaciones. Aunque las repercusiones en el aislamiento térmico y acústico de una ventana serán casi inapreciables, es importante que los compradores las tengan en cuenta para hacerse una idea más realista del verdadero potencial del gas argón.
En primer lugar, hay que destacar que es un gas noble incapaz de expandirse. ¿Esto qué implica? Que cuando el calor del verano hace que el resto de materiales de la ventana se expandan, el argón no lo hará. El principal problema de esta incapacidad es que si la ventana no está bien sellada podría llegar a producirse una pérdida de gas. En este sentido, no se trata tanto de una limitación del gas argón sino del propio diseño del cerramiento.
En ventanas de calidad nunca tendrás este problema.
Por otro lado, hay una pérdida natural de gas derivada del paso del tiempo. Ello es debido a que el argón se disipa a pesar del perfecto sellado de las láminas de la ventana. No obstante, se trata de una pérdida mínima: alrededor de un 10% en un plazo de 20 años. Aunque este porcentaje influirá en la eficiencia energética de la ventana, los resultados de aislamiento apenas tendrán relevancia teniendo en cuenta que la vida útil de una ventana en condiciones óptimas está en torno a los 40-50 años.
Particularidades del doble acristalamiento en ventanas
Las ventanas de doble acristalamiento presentan una baja conductividad térmica y un coeficiente de absorción de la radiación reducido. La combinación de estos dos factores junto con el empleo de cámaras de aire deshidratado o, mejor aún, rellenas de gas argón, mejora su resistencia al flujo de calor o transmitancia térmica. Sin embargo, el doble acristalamiento en ventanas puede variar mucho de un proyecto a otro, bien sea por la calidad de la instalación en sí, bien por el tipo de vidrios empleados:
- Vidrios con tratamiento acústico: la atenuación del ruido se incrementa con el empleo de láminas de butiral de polivinilo acústico, ideales en los entornos más exigentes.
- Vidrios bajo emisivos (Be): el aislamiento térmico de un doble acristalamiento en ventanas se puede llegar a triplicar con el empleo de estos vidrios en al menos una de las láminas.
- Vidrios bajo emisivos con control solar (Be+Cs): las viviendas con mayor exposición a la luz solar le sacarán mucho partido a un doble acristalamiento que incluya una reducción de los rayos ultravioletas que penetran en las estancias.