A pesar de que la arquitectura moderna se esfuerza para encontrar la ubicación óptima de las ventanas en los edificios, algunos aspectos se escapan de la visión de los profesionales. Cuestiones posteriores a la construcción, como pueden ser la distribución del mobiliario o las exigencias de la estancia, pueden hacer que la limpieza de estas zonas no sea del todo sencilla.
Y es que el diseño y la funcionalidad, muchas veces toman caminos separados y limpiar los cristales de las ventanas puede resultar una difícil tarea. Winbot X, el robot inalámbrico para limpieza de ventanas, está diseñado para ayudar con esta tarea de forma mecánica.
Un sistema de limpieza de ventanas automático
A la hora de dejar los cristales de tus ventanas relucientes, para este robot de limpieza ni la orientación, ni la distancia, ni el tamaño representan un problema. Se trata de un robot inalámbrico con autonomía para trabajar durante horas sin necesidad de recarga, una característica que mejora de manera notable si se tiene en cuenta que este aparato es capaz de limpiar ventanales de hasta 4×4 metros.
Esta propuesta ha sido diseñada por la compañía Ecovacs Robotics y llegará al mercado español a finales del mes de junio de 2018. Su precio de venta al público todavía no se ha dado a conocer, pero como suele suceder con la primera fase de comercialización de estos productos, lo más probable es que su uso esté limitado a quienes estén dispuestos a pagar el elevado coste de la innovación.
No en vano se trata de un dispositivo tecnológico de grandes prestaciones, que por sus perfectos acabados y su original enfoque de la limpieza de ventanas, recibió la distinción de CES Innovation Award en la categoría de Electrodomésticos durante la última edición de estos premios.
¿Cómo funciona el sistema de limpieza de ventanas Winbot X?
Hasta la fecha habían surgido ya otras propuestas de robots destinados a la limpieza de ventanas, pero ninguno con la gran ventaja de poder desarrollar su trabajo con tan alto nivel de autonomía. El principal suministro de energía de este robot inalámbrico es una batería recargable de gran capacidad que permite que el robot se pueda desplazar por toda la superficie del cristal sin ninguna limitación, por lo que logra llegar más lejos que el resto de productos similares ya existentes en el mercado.
Todo lo que hay que hacer es colocarlo sobre la ventana que se desea limpiar y dejar que haga su trabajo. Pero, ¿cómo consigue adherirse al cristal de la ventana para avanzar sin caer al suelo? Los motores de succión del robot realizan una doble función: por un lado, aspiran la suciedad de los cristales y, por otro, garantizan la fijación del dispositivo a la superficie de la ventana.
Funcionamiento autónomo, silencioso y seguro
Los sensores inteligentes que rodean el cuerpo del robot de limpieza son capaces de detectar dónde están los límites de su trabajo incluso en aquellas ventanas en las que no existen marcos. Una característica que permite que esta solución de limpieza se pueda emplear también sobre espejos, grandes cristaleras o escaparates comerciales.
Su funcionamiento es muy silencioso y discreto, rasgos compatibles con el hecho de que integre alertas visuales y sonoras para informar de los niveles de batería o de las funciones que está ejecutando. Además, el robot es capaz de completar el recorrido garantizando que toda la superficie del cristal quede limpia.
En cuanto a los aspectos de seguridad, los diseñadores han sabido resolver de modo adecuado el problema de una eventual pérdida de energía. Si la batería de Winbot X se descargase por completo, una batería de respaldo permitiría que el dispositivo se mantuviera en posición durante otros 15 minutos adicionales.
Y en el caso de que aun así no fuera posible la intervención humana, la situación quedaría resuelta gracias al plan B: el robot está provisto de un cable flexible de seguridad que se comunica con el dispositivo a través de Bluetooth. Si se detectara una pérdida de presión que amenazase con dejar caer el Winbot X, el robot emplearía una ventosa de succión para quedarse adherido al cristal hasta que se pudiese resolver la incidencia.