La calidad del aire en casa es un aspecto fundamental para la salud y el confort dentro del hogar. Dispositivos como los humidificadores y deshumidificadores de aire permiten controlar las características del ambiente para mantener unos niveles de humedad adecuados en las estancias y garantizar la salud respiratoria de toda la familia.
¿Cómo funcionan un deshumidificador y un humidificador?
La composición del aire de interior es un aspecto que suele pasar inadvertido en comparación con otras cuestiones como el polvo, el ruido o los cambios de temperatura. Sin embargo, las características del aire en casa también influyen en tu calidad de vida.
Existen diferentes tratamientos de aire en el hogar para abordar cuestiones como la presencia de ácaros y partículas contaminantes o los niveles de humedad en el ambiente. Cuando se trata de modificar la cantidad de partículas de agua (vapor de agua) presentes en el aire, se recurre a dos tipos de soluciones: deshumidificadores y humidificadores.
Funcionamiento de un deshumidificador
Te habrás percatado de que en espacios como sótanos, despensas, almacenes o cuartos de baño el aire es más frío. Con frecuencia, estos lugares presentan un olor diferente al del resto de las estancias de la casa y es debido a la presencia de moho y colonias de bacterias que son consecuencia de la humedad.
Este cambio en la temperatura se debe también a que el ambiente es más húmedo. Esa humedad puede producirse por capilaridad, como ocurre con las paredes de un sótano, o por cambios de temperatura en el ambiente, como sucede en el baño después de darnos una ducha.
Un deshumidificador es un aparato diseñado para filtrar el aire de la estancia, condensarlo, evaporarlo y almacenar las gotas de agua resultantes en un depósito, liberando al ambiente aire sin humedad.
Tipos de deshumidificador
Los deshumidificadores domésticos trabajan con dos métodos:
- Modelos frigoríficos de condensación: son una opción económica y su consumo no es demasiado elevado. El aire húmedo que entra en el dispositivo atraviesa un sistema de enfriamiento con condensador, evaporador y tuberías refrigerantes. Por efecto del calor, la humedad se desprende del aire y las partículas de agua caen en un depósito.
- Modelos de rueda: los deshumidificadores de rueda o de rotor son los más eficientes desde el punto de vista energético porque se realimentan. Llevan dos circuitos de aire: uno por el que entra el aire húmedo a través de un ventilador y otro que pone en funcionamiento el rotor de secado a través del vapor de agua. Este mismo vapor es el que se emplea para impulsar el aire que se devuelve seco al exterior.
Funcionamiento de un humidificador
En espacios cerrados como una vivienda, los niveles de humedad saludables deberían mantenerse entre el 40-60 %. Fuera de esta horquilla, la salud respiratoria de quienes habitan en ella puede verse comprometida.
Si el exceso de humedad está detrás de la aparición de bacterias y moho en las superficies, por debajo de estos porcentajes también surgen algunos riesgos. El más común es la irritación de las vías respiratorias y las mucosas, y con ellos patologías como rinitis, cefaleas, tos seca o prurito en la piel y en los ojos.
Los humidificadores están pensados para ajustar el grado de humedad en casa y mantenerla a niveles saludables. En esencia, su funcionamiento es inverso al de los deshumidificadores: a partir de un depósito de agua el líquido se transforma en vapor para expulsarlo al exterior.
Tipos de humidificador
Los dos mecanismos más empleados para humidificar el aire en casa son:
- Vapor caliente: son los modelos más económicos del mercado. El agua del depósito se calienta por la acción de unos electrodos y genera vapor que luego se enfría y es expulsado al exterior con ayuda de un ventilador. Permite el uso de cualquier tipo de agua para rellenar el depósito.
- Vapor frío: el vapor no se obtiene mediante el calentamiento del agua sino con ultrasonidos. Es un sistema más eficiente porque no eleva la temperatura del ambiente, pero también es más caro y exige el uso de aguas destiladas: solo así se garantiza que el vapor generado esté libre de microorganismos. El sistema de ultrasonidos también supone un ahorro importante en cuanto al consumo de electricidad.
¿Y qué hay de los purificadores de aire?
Es otro tipo de tratamiento de aire en el hogar que no debes confundir con los humidificadores/deshumidificadores. La función del purificador de aire no es la de cambiar las condiciones de humedad del ambiente sino la de limpiarlo.
¿Por qué limpiar el aire dentro del hogar? ¿Acaso está sucio? Aunque no lo creas, las partículas de polución de la calle, el polen y otros alérgenos se cuelan en casa cada vez que abres la ventana. ¡E incluso sin abrirla! Unos cerramientos que no estén bien sellados permitirán la entrada de estas micropartículas.
Pero también nosotros generamos esas micropartículas con nuestra piel, con nuestro pelo, con la ropa que traemos contaminada de la calle o con un simple estornudo. Por no hablar de las casas en las que hay mascotas. Aparte de las pelusas visibles hay otros alérgenos que flotan en el ambiente sin que te percates de que están ahí.
El purificador de aire actúa como filtro: por un lado absorbe el aire sucio del ambiente y por otro lo devuelve limpio de impurezas. ¿El secreto? Un avanzado sistema de filtración en varias etapas. Las partículas potencialmente peligrosas (ácaros, gérmenes y bacterias) se quedan atrapadas en pantallas que solo permiten el paso del aire (filtros HEPA) para que disfrutes de un ambiente libre de riesgos.
Ventajas y desventajas de estos tratamientos del aire en el hogar
El potencial de estos dispositivos para el tratamiento del aire en el hogar no está tanto en el aparato en sí sino en saber hacer un buen uso de sus prestaciones. Ubicarlos en el lugar erróneo o durante períodos de tiempo inadecuados puede hacer que no cumplan con lo prometido.
La única desventaja objetiva de los humidificadores y deshumidificadores es que descuidar su limpieza y mantenimiento puede convertirse en un riesgo. Es importante higienizar los depósitos de agua de forma periódica para evitar que se acumulen bacterias que puedan acabar en el circuito o ser liberadas en el ambiente durante el paso final, sobre todo en el caso de los humidificadores.
Tomando estas precauciones, las ventajas del control de la humedad en casa mediante el uso de estos aparatos superan con creces sus desventajas. Humidificadores y deshumidificadores suman una serie de beneficios que harán más agradable la vida en el hogar.
- Previenen de gripes e infecciones respiratorias.
- Evitan que la piel y las mucosas se resequen.
- Favorecen a la calidad del descanso.
- Son grandes aliados de las personas alérgicas.
- Garantizan el buen estado de muebles, tejidos, paredes y otras superficies.
- Pueden funcionar de forma automática, por lo que no es necesario estar pendientes de ellos.
¿Dónde instalar cada uno de estos aparatos?
No resulta complicado identificar cuáles son esos lugares más afectados por unos niveles de humedad poco saludables. No obstante, te ofrecemos una breve guía para que los tengas presentes a la hora de escoger un tipo de dispositivo y aprovechar al máximo sus prestaciones.
Dónde colocar un humidificador de aire
- Alejado de paredes y muebles.
- Sobre una superficie alta, preferiblemente a 1 m del suelo.
- En estancias diáfanas, con pocos muebles.
- A una distancia prudencial de camas o lugares de descanso.
El mejor lugar para un deshumidificador
- Idealmente, en el centro de la estancia a tratar.
- Evitando esquinas, paredes y muebles.
- Rotándolo de forma periódica para que capte aire desde diferentes orientaciones.
- En baños, sótanos o cuartos de lavado.