¿Te has dado cuenta de que no todas las ventanas de tu casa se abren con la misma frecuencia? La morfología de las estancias, la disposición de los muebles y tus rutinas diarias también son aspectos definitorios a la hora de escoger un tipo de ventana. Entre las muchas alternativas disponibles está la de las ventanas correderas. Una opción a la que puedes sacarle mucho partido si sabes escoger los lugares más idóneos para su instalación.
Ventajas e inconvenientes que ofrece la instalación de ventanas correderas
Para entender mejor el potencial de este tipo de ventanas, veamos primero cuáles son sus características principales:
Como su propio nombre indica, una ventana corredera o corrediza es aquella que para su apertura recurre a un mecanismo de deslizamiento horizontal. Un carril insertado en el marco permite que las hojas de la ventana (con frecuencia dos, aunque puede haber más), se desplacen de un lado a otro de tal modo que el hueco nunca queda del todo abierto.
Con independencia de las particularidades en cuanto a su mecanismo de apertura, estas ventanas se pueden montar con los marcos y los vidrios que consideres convenientes, dependiendo de ello su nivel de eficiencia.
Ventajas:
- Aprovechamiento del espacio: los sistemas de apertura correderos no se ven afectados por la limitación espacial. Para abrir una ventana de estas características no es necesaria la retirada de otros elementos ya que las hojas nunca invaden el interior de la vivienda. Esto se traduce en un mayor aprovechamiento del espacio y en una gran facilidad de apertura.
- Seguridad: las ventanas correderas se desplazan sobre la horizontal del marco hacia un lado y el otro. Este sistema de apertura evita que queden expuestos los vértices de la ventana, eliminando la posibilidad de que se produzcan golpes mientras esta permanece abierta.
- Luminosidad: la carpintería que exige el montaje de estas ventanas es mucho más sencilla en comparación con otras alternativas de cerramientos. Por este motivo, la proporción de vidrio con respecto al marco es mucho mayor. Una ventana corredera es, por lo general, más luminosa, ofrece unas vistas más amplias y permite una mayor entrada de luz en las estancias.
Algunos inconvenientes:
- Limitaciones en el aislamiento: el mercado de las ventanas correderas ha avanzado mucho en la última década y ofrece alternativas cada vez más eficientes. Sin embargo, esta modalidad de cerramiento sigue presentando algunas limitaciones de aislamiento que no se observan en otro tipo de ventanas. El principal problema es que, para garantizar un deslizamiento suave sobre el marco, las ventanas correderas emplean juntas de cepillo. Este elemento constituye un punto débil en el aislamiento térmico y acústico de la ventana, aunque se puede compensar con el doble acristalamiento y la elección de unos vidrios con elevado aislamiento térmico.
- Apertura parcial: el desplazamiento horizontal de las hojas implica que una parte del hueco siempre permanece cerrada. No tiene por qué suponer una desventaja a menos que necesites disponer de todo el espacio de la ventana para realizar algún tipo de obra. En cualquier caso, las hojas de una ventana corredera se pueden desmontar en momentos puntuales.
- Dificultades en la limpieza: tendrás que limpiar la cara externa de los cristales desde el interior de la estancia y alargando el brazo desde el extremo opuesto. No resulta una postura muy cómoda y es posible que el resultado final no sea tan satisfactorio como el que esperabas. Si vives en un piso bajo o en una casa unifamiliar, siempre puedes limpiar las ventanas desde fuera. También se acumula más suciedad en los raíles por los que se desplazan las hojas. Pero con un poco de paciencia no te costará demasiado esfuerzo dejarlos impecables y asegurar su buen funcionamiento.
Consejos para la elección de una ventana corredera
Las ventanas correderas permiten crear en tu hogar espacios más luminosos en los que el paisaje adquiere un mayor protagonismo. Este es el motivo por el que constituyen una alternativa ideal para salones o dormitorios con acceso a zonas del exterior (balcón, terraza o jardín) y en estancias que por su orientación gozan de una buena panorámica.
También son una opción recomendable a la hora de redefinir el espacio. Una ventana corredera transforma la percepción de amplitud. No es solo que el tipo de apertura permita su instalación en cualquier parte, sino que las características de su montaje facilitan una mayor entrada de luz. Son cerramientos que proporcionan fluidez en el tránsito entre el exterior y el interior y ventilan las estancias aportando tanto intercambio de aire como luminosidad.
Dormitorios y salones son lugares óptimos para aprovechar todas las ventajas de las ventanas correderas desde el punto de vista estético. En el plano funcional, un cuarto de baño pequeño o una cocina estrecha son el emplazamiento perfecto para esta alternativa de cerramiento: ocupa menos espacio y no es necesario desplazar ningún objeto para su apertura o cierre.
Una vez escogido el lugar más adecuado para la colocación de una ventana corredera, hay que trabajar otros aspectos como el confort de la vivienda. A pesar de que estas ventanas presentan algunas carencias con respecto a su hermeticidad, siempre tienes la opción de corregirlas si prestas atención a los detalles de calidad.
¿Cómo es la ventana corredera ideal?
En Alugal recomendamos ventanas de doble acristalamiento y con un nivel de transmitancia térmica bajo (en torno a los 1,8 W/m²K). Las prestaciones en cuanto a estanqueidad o permeabilidad al aire suelen ser por defecto inferiores a las de las ventanas abatibles. Con todo, las marcas más importantes del mercado ya trabajan con niveles de estanqueidad de clase 3 también en el caso de las opciones correderas, marcando una clara diferencia con respecto a las clases más bajas.