Si ya hemos llevado el salón fuera de casa con la moda del chill out y hemos transformado un rincón del jardín en una pequeña zona spa, ¿qué nos impide disfrutar también de la cocina en el exterior? No te limites a la clásica barbacoa y disfruta de la cocina al aire libre sin prescindir de ningún detalle.
¿Qué tienen de atractivo las cocinas al aire libre?
Para los amantes de los fogones, disponer de un espacio genuino en el que desarrollar su creatividad como chefs resulta inspirador. No obstante, las cocinas de exterior son mucho más que una cuestión de estética y de diseño.
En sentido estricto, este tipo de cocinas no son un invento moderno. Tradicionalmente, los hornos de leña y las parrillas se han ubicado en zonas anexas al hogar formando una unidad independiente. Con el paso de los años y los cambios de tendencia ha aparecido un nuevo concepto de cocina al aire libre con tintes más integradores.
El objetivo es trasladar esta estancia tan importante del hogar a un nuevo escenario que permita un mayor aprovechamiento del espacio, de la luz y de las grandes ventajas asociadas a la cocina de exterior:
- Aprovechamiento óptimo de la luz natural
- Reducción del consumo eléctrico (gastos de luz, de climatización, de extracción de humos…)
- Ambiente más fresco y libre de humos o de los olores característicos de la cocina
- Alternativas de cocción más caseras y saludables
- Nuevas opciones para el ocio en casa
- Incremento en el valor del inmueble
- Vitalidad, energía y menor nivel de estrés
- Amplias posibilidades de diseño tanto estéticas como funcionales
Cocinas de exterior con o sin cerramientos
Desde el punto de vista arquitectónico, el concepto de cocina al aire libre es bastante amplio. Aunque lo más habitual es pensar en una pérgola o un cenador en el jardín, una cocina de exterior no tiene por qué ser siempre un espacio abierto.
Hay muchos trucos para conseguir ese efecto de amplitud, luminosidad y desahogo incluso cuando no se dispone de una amplia terraza o un jardín de revista. Los muros de cristal, las puertas correderas y los techos transparentes son una alternativa muy demandada a la hora de replantearse la distribución de estos espacios.
En base a esto, se pueden diferenciar dos tipos de concinas de exterior:
- Sin cerramientos: es un planteamiento totalmente abierto, sin paredes, con o sin techo. Su grado de eficiencia depende de la ubicación y de los elementos que incorpore la cocina. En las regiones más cálidas y con escasas precipitaciones se puede plantear la cocina como un espacio al descubierto o bien techado con elementos móviles como toldos o sombrillas. Con independencia de cuáles sean las condiciones climatológicas, siempre es recomendable proteger los elementos más delicados de estas cocinas para evitar que se deterioren con rapidez.
- Con cerramientos: este grupo abarca tanto aquellas cocinas de exterior independientes que se ubican en una zona anexa a la vivienda principal como las que están integradas en el propio inmueble con innovadoras soluciones acristaladas. Las primeras están concebidas como un espacio genuino del jardín con disponibilidad los 365 días del año, ya que se encuentra protegido de las condiciones climatológicas por una pérgola techada y con paredes de cristal. La segunda es una alternativa útil para quienes buscan una cocina híbrida, dentro y fuera de casa, con la posibilidad de abrir el espacio mediante ventanas correderas o muros acristalados motorizados.
Elementos básicos de una cocina de exterior
El equipamiento de estas cocinas admite todo tipo de configuraciones. Lo importante es que el mobiliario de cocina escogido se adapte a las condiciones de la ubicación. Así, el diseño de una cocina al aire libre debe plantearse en función de la iluminación natural, la orientación, el área de trabajo y las características de los cerramientos, en caso de disponer de ellos.
A partir de aquí, el mobiliario de la cocina puede incluir todo lo que quepa dentro de tu presupuesto:
- Horno
- Parrilla
- Chimenea
- Fogones eléctricos de gas o de leña
- Planchas de cocción
- Barras y encimeras
- Electrodomésticos independientes o en módulos
- Mesas, sillas y sillones
- Espacio de almacenamiento…
¿Y qué hacemos durante el invierno?
Podría parecer que las cocinas de exterior son una alternativa únicamente válida en entornos de temperaturas moderadas durante todo el año o en época estival. Sin embargo, una cocina fuera de casa es mucho más que una moda con tintes veraniegos. Cocinar al aire libre es una práctica tradicional que con el paso del tiempo ha ido evolucionando para adaptarse a las nuevas exigencias con todo lujo de comodidades.
Los muros de vidrio y las particiones acristaladas se han consolidado como la opción más eficaz en la distribución de las estancias de un hogar, sin perder luminosidad e intimidad y aprovechando cada centímetro cuadrado del inmueble. En el caso de las cocinas, estos elementos permiten una singular conexión con el exterior a partir de la unificación de ambientes, incluso en los espacios más reducidos.
Salvo que se disponga de una cocina exterior con cerramientos, es muy importante que los elementos de este espacio permanezcan bien protegidos durante todo el año. Las temperaturas extremas, la humedad y las lluvias pueden causar estragos en el mobiliario de la cocina si no se toman ciertas precauciones.
El empleo de fundas de lona resistentes e impermeables resulta necesario incluso en las cocinas techadas. Es un aspecto tan importante como recurrir a los materiales de fabricación adecuados, tales como la piedra, la pizarra o el acero inoxidable, y los pavimentos más seguros, esto es, antideslizantes, funcionales y con escasas exigencias de mantenimiento.
3 formas originales de disponer de una cocina de exterior
Cocina de exterior encastrada
Es una opción recomendable para quienes no disponen de mucho espacio en la terraza o el jardín pero no quieren prescindir del placer de la cocina al aire libre.
Así como se puede encastrar el mobiliario de cocina para dar una sensación de homogeneidad a la estancia, también es posible encastrar la totalidad del espacio. ¿El truco? Ocultar la cocina de exterior tras una puerta seccional similar a la que se emplea en los accesos a los garajes.
La gran ventaja de una cocina de exterior encastrada es que puedes aprovechar cualquier pequeño rincón para montar tus fogones, tu parrilla o tu horno y asegurarte de que todos los elementos están bien protegidos.
Una alternativa económica y funcional que se ajusta muy bien a los presupuestos más reducidos.
Cocina de exterior acristalada
A mitad de camino entre la cocina convencional y la cocina al aire libre está la alternativa de las estancias acristaladas. Tienen el aspecto de una pérgola con paredes y techos de cristal, con la particularidad de que no se erigen como una habitación independiente del inmueble sino como una extensión del mismo.
Las cocinas acristaladas no están concebidas como cocinas accesorias sino como parte esencial del hogar que por su diseño y su ubicación se integra tanto en los espacios abiertos de la casa como en las zonas de interior. Se suelen construir con puertas correderas de cristal y techos de vidrio abatibles que permiten una estupenda ventilación de la zona cuando el tiempo acompaña.
Cocina de exterior abierta
En las zonas cálidas y con escasas precipitaciones a lo largo del año, es posible plantearse la posibilidad de una cocina al aire libre sin techo y sin paredes. Puede parecer una alternativa arriesgada, pero escogiendo los materiales de fabricación adecuados no tiene por qué suponer ningún problema desde el punto de vista del mantenimiento.
No obstante, lo que te ahorras en pérgolas, toldos o cerramientos deberás invertirlo en un equipamiento que esté a la altura. Mobiliario de teca, suelos antideslizantes, instalaciones de acero inoxidable… Todo ello incrementa de forma notable el presupuesto. Es la versión extrema de lo que supone cocinar al aire libre, pero hay que buscarle una buena ubicación si quieres prescindir de cualquier elemento de protección.