Para encontrar el equilibrio perfecto entre luz e intimidad, lo mejor es que busques unas cortinas que se adapten a las características de tus ventanas. Existen diferentes sistemas para colocar las cortinas de manera que puedas controlar la cantidad de luz que entra de un modo sencillo y funcional. En este post te explicamos tres de las técnicas más destacadas en la colocación de unas cortinas.
¿Vas a colocar unas cortinas en casa y aún no sabes bien cómo hacerlo? Si quieres resolver esta cuestión de una manera eficaz, consulta las siguientes opciones. Las hemos escogido por su funcionalidad y porque son compatibles con cualquier estilo de decoración.
Portavisillos
Las cortinas más finas y ligeras como las que se emplean en el baño o en la cocina, no requieren de sistemas de instalación complejos. De hecho, no se trata de cortinas en sentido estricto sino de visillos que te ayudan a mantener la intimidad en el interior, gracias a tejidos ligeros, bordados o encajes, que impiden identificar desde el exterior lo que está ocurriendo en el interior de tu hogar.
En estos casos se suele emplear el portavisillos. Es una barra fina y discreta que, o bien se atornilla al marco de la ventana o bien se coloca en el interior de este mediante un sistema de presión. El portavisillos cubre la ventana de lado a lado, por lo que es común encontrarlo en las ventanas de pequeñas dimensiones. Son varillas muy finas, fabricadas en plástico, madera y metal, y no están destinadas a soportar grandes pesos.
Barras
Las barras son la opción decorativa más común. Fabricadas en madera, forja o acero, se colocan en la parte superior de la ventana, de un extremo a otro, y sobre ellas van instaladas las cortinas. El elemento que une la barra con el tejido puede ser de muchos tipos: ojales, anillas trabillas… Todos aprovechan la horizontalidad de estas barras para que puedas desplazar las cortinas sobre ellas, por lo que resultan muy útiles para resolver situaciones en las que tienes varias ventanas.
El sistema de instalación es muy sencillo. Es probable que te haga falta un taladro, porque lo normal es que para asegurar la estabilidad de la barra, esta vaya atornillada a la pared o al techo. Por este motivo, además de la necesidad de hacer algunos agujeros, necesitarás tacos y tornillos.
En algunas estancias, sobre todo el salón o el dormitorio, puede resultar muy práctico colocar cortinas y visillos. En estos casos, el único requisito es que, en vez de colocar una única barra, hay que colocar dos barras paralelas: una para las cortinas y otra interior, a menor distancia de la pared, para instalar el visillo. Estas barras se sostienen con un soporte doble que no te exigirá hacer en la pared más agujeros de los necesarios.
Rieles
Esta es la opción tradicional, aunque no por ello ha pasado de moda. Cuando las ventanas están muy pegadas al techo o tienen un hueco redondeado, los rieles planos o curvos se presentan como la opción más acertada para proporcionarle a este espacio la estética adecuada. Los mecanismos que emplean para cumplir con su función proporcionan dos tipos de apertura, central y lateral, así como infinidad de opciones para el movimiento de estas, como los sistemas de cordones.
Son, además, la alternativa más discreta en tanto que el enganche de las cortinas se encuentra semiescondido en las guías metálicas o de PVC que componen el mecanismo. También tienes la opción de incluir un bandó que te permite ocultar el riel mediante el empleo de una pieza de tela horizontal sujeta con velcro.
Errores más habituales en la colocación de las cortinas
Los expertos en decoración ya tienen todos estos trucos más que aprendidos. Pero es muy probable que si esta es tu primera vez decorando la casa con cortinas, te encuentres con algunas dificultades. Mejor tenerlo en cuenta antes de ponerte manos a la obra para garantizar siempre los mejores resultados.
- Colocar unas cortinas demasiado cortas: ¿te imaginas salir de casa con alguna prenda de ropa que se haya encogido? Lo mismo sucede con las cortinas. Cuando por error has escogido un modelo que no cubre correctamente el espacio en el que se encuentran las ventanas, el efecto que provocan resulta extraño. Hay tres sencillos trucos para evitar que esto suceda: dejar que las cortinas caigan de forma lisa hasta el suelo, dejando apenas 1 cm de distancia de este; utilizar cortinas de tejidos pesados como el terciopelo y dejar que caigan libremente sobre el suelo para conseguir un efecto romántico o tomar las medidas de la barra, las anillas y los ganchos que utilices para obtener unos resultados milimétricos y hacer que la cortina roce el suelo en su justa medida.
- Dejar la barra de la cortina demasiado baja: para evitar el efecto achaparrado que provoca que el techo parezca más bajo de lo que es, hay que elevar la barra de la cortina lo máximo posible. El punto óptimo para su colocación suele estar en torno a ¼ de distancia entre el comienzo de la ventana y el espacio que hay entre esta y el techo.
- Cortinas demasiado estrechas: cuando las cortinas no son lo suficientemente anchas como para cubrir la horizontalidad de la ventana, no solo no están haciendo su función sino que quedan muy mal. Unas cortinas bien colocadas deben cubrir la totalidad de la superficie de la ventana sin quedar tirantes. En caso de que la tela se te quede corta para obtener este efecto, la solución más sencilla y eficaz es la de colocar dobles paneles.
- La barra de la cortina es muy estrecha: el resultado es el mismo que en el caso anterior. La barra de la cortina debe sobresalir unos 10 cm por cada lateral de la ventana para evitar que el cerramiento parezca más pequeño de lo que es. ¿Cuál es la medida ideal? Aquella que te permite ver la totalidad del marco de la ventana cuando las cortinas están completamente descorridas.